El arte de cultivArte: Vivir con bondad

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“En la bondad se encierran todos los géneros de sabiduría”. Ernesto Sábato

Siguiendo con la metáfora del jardín del post anterior  https://mindfulnessartes.wordpress.com/2018/03/25/el-arte-de-cultivar-buenos-habitos-cultivarte/ ,  para desarrollar paz y quietud en la meditación, se requiere una conciencia bondadosa. Por ello, la mayoría de los buenos maestros de meditación fomentan una conciencia cálida, amable y amistosa. La bondad es una de las cualidades más poderosas que puedes cultivar.

Recordemos que el cerebro es como velcro para las experiencias negativas, pero un teflon para las positivas y que la buena noticia es que puedes romper este sesgo cultivando optimismo.

Una de las cosas más importantes que ha descubierto sobre la amabilidad y la ternura, Richard Davidson, doctor en Neuropsicología, investigador en neurociencia afectiva es que se pueden entrenar a cualquier edad. Los estudios nos dicen que estimulando la ternura en niños y adolescentes mejoran sus resultados académicos, su bienestar emocional y su salud.

El ser humano forma parte de la totalidad, llamada por nosotros Universo, una parte limitada en el espacio y el tiempo que, en una suerte de ilusión óptica de la conciencia, se experimenta a si mismo como algo separado del resto. Esta ilusión es una especie de prisión que nos circunscribe a nuestros deseos personales y al afecto por unas cuantas personas cercanas. Nuestra tarea consiste en liberarnos de esta prisión, expandiendo el círculo hasta que nuestra compasión acabe abrazando a todas las criaturas vivas y a la naturaleza entera, en toda su belleza.

Albert Eistein. Carta a New York Post 1972

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Para nutrir la semilla de la bondad y ayudarla a crecer puedes utilizar la meditación. El objetivo de cualquier práctica de meditación es entrenar la mente, lo que conlleva elevar y transformar la conciencia. Y para este caso en particular puedes utilizar la meditación Metta Bhavana. “Bhavana”  hace referencia a cultivar, desarrollar, dar vida… y metta alude al amor, la amistad o la bondad (el término metta proviene del pali y tiene que ver con mitta que significa “amigo”). Con la práctica de esta meditación, activamente, cultivas estados mentales muy positivos hacia ti mismo, así como también hacia otras personas.

“Que todos los seres que existen, débiles o fuertes, largos o grandes, medianos o bajos, pequeños o gruesos, conocidos o desconocidos, cercanos o lejanos, nacidos o por nacer, que todos los seres sin excepción estén felices”Metta Sutta, Discurso del amor incondicional.

 

Proviene de la tradición budista, pero puede ser adaptada y practicada por cualquier persona, independientemente de su religión, ya que la meditación de la bondad amorosa es esencialmente acerca del cultivo del amor.

Practicar esta meditación te ayuda a traer más armonía a tu contacto con los demás, reducir los conflictos, resolver dificultades existenciales y profundizar en las relaciones con la gente que convives. Asimismo, puedes aprender a apreciar mejor a los demás, concentrándote en sus cualidades positivas y haciendo menos caso a sus errores. Te puede ayudar a tener más empatía, a ser más considerado, amable y tolerante, a superar la ira y el resentimiento.

En la meditación de metta bhavana se formulan diversos deseos de manera explícita aspirando al bienestar de diferentes clases de seres. Traemos a la mente a estas categorías de seres y dirigimos hacia ellos pensamientos de amor y bondad.

Práctica de la Metta Bhavana: 5 ETAPAS

La práctica de esta meditación se práctica en las siguientes 5 etapas:

1ª: Metta hacia uno mismo

2ª: Metta hacia un amigo

3ª: Metta hacia una persona neutral

4ª: Metta por un enemigo

5ª: Metta hacia todos los seres

Lo recomendable es elegir a cada una de las personas antes de comenzar la meditación para no destinar tiempo durante la misma en buscar.

Uno de los métodos que se utilizan en esta práctica y el que hemos elegido es utilizar frases del tipo:

“Que esté bien”

“Que sea feliz”

“Que esté libre de sufrimiento”

No hay un límite para las palabras o frases que puedes emplear.

Primera etapa: Metta hacia uno mismo 

Metta se practica primero hacia uno mismo, ya que a menudo tenemos dificultad para amar a otros si primero no nos amamos y tratamos adecuadamente a nosotros mismos. Difícilmente puedes sentir bondad hacia otros seres si no te sientes bien contigo mismo. Para ello primero hemos de cultivar respeto hacia nosotros mismos, ir soltando la costumbre de autocriticarnos y permitir que surja la realidad objetiva de la situación.

Sucede que ser amable contigo mismo es, a menudo, la parte más difícil, pero es muy importante practicarla con el fin de ayudarte con las emociones negativas que pueden obstaculizar la capacidad de generar ese amor compasivo hacia los demás.

Así que prestas atención a tu postura, a tu cuerpo y repites las frases que hemos citado anteriormente u otras a tu manera con deseos de bondad y bienestar:  Que esté bien…que sea feliz…que esté libre de sufrimiento…Al decir las frases, es importante que las sientas y que estés atento al efecto que tienen en ese momento. Por ello déjate el espacio suficiente para profundizar en la conciencia de tus sentimientos y emociones entre frase y frase.

Segunda etapa:

A partir de practicar metta hacia ti mismo, comienzas una secuencia de expansión que se inicia dirigiendo metta hacia una amiga o amigo por el que ya sientes afecto. Lo que haces es fortalecer este afecto. De modo que vuelves a centrarte en tu respiración, en tu cuerpo y traes la imagen o el recuerdo de esta persona a tu conciencia y comienzas a generarle buenos deseos con las mismas frases: que estés bien, que seas feliz…

Tercera etapa:

Continuamos expandiendo metta y ahora lo llevamos a una persona que nos resulta, de alguna manera, indiferente e intentamos reconocerla como lo que es, un ser humano igual que nosotros, y reconocemos en él que probablemente sufrimos por cosas muy parecidas y también que la alegría y el bienestar surgen de fuentes similares.  Así que escoges a alguien por el cual no sientas emociones positivas ni negativas. Podría ser alguien que ves con regularidad en la calle, en el autobús o en el metro, un vecino…y lo traes a tu conciencia y realizas la misma práctica de deseos bondadosos que en las anteriores etapas, tomando conciencia de tus emociones en cada momento.

Cuarta etapa: 

En esta etapa de la meditación traes deliberadamente a alguien con quien tienes algún conflicto y les deseas bien. Esta es la parte más complicada de la meditación, pero limpiar el resentimiento es necesario para cultivar metta. Puede ser una persona con la que simplemente estas irritado, o puede haber un conflicto más arraigado, aunque si estás comenzando es mejor comenzar con un con una persona con la que tengas una dificultad más leve. Asimismo, le dedicas deseos de bienestar y felicidad como en los pasos anteriores, siempre atento a tus emociones y el efecto que tienen en tu cuerpo.

Quinta etapa

En la quinta y última etapa extiendes tus deseos de metta hacia todos los seres humanos, hacia todos los animales de todas las especies, hacia todo el planeta… Y lo realizas del mismo modo: que todos los seres estén bien, que sean felices, que estén libres de sufrimiento…Y no olvides tomar conciencia de cómo te sientes en ese momento.

Te sugiero que practiques cada etapa durante un periodo de tiempo antes de pasar a la siguiente, por ejemplo, a partir 5 minutos con cada uno de ellos. Y recuerda que cualquier emoción que estés sintiendo, ya sea buena, mala o neutra, está bien.

El amor es una de las emociones más grandes que puedes experimentar y cultivar. Si practicas esta meditación con regularidad, te puede ayudar a sembrar una actitud positiva hacia ti mismo y hacia otros. Te animo a cultivarla y explorar sus efectos.

 

 

 

El arte de amarte a ti mismo

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Un tiempo vendrá
en el que, con gran alegría,
te saludarás a ti mismo,
al tú que llega a tu puerta,
al que ves en tu espejo
y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro,
y dirá, siéntate aquí. Come.
Seguirás amando al extraño que fuiste tú mismo.
Ofrece vino, Ofrece pan. Devuelve tu amor
a ti mismo, al extraño que te amó
toda tu vida, a quien no has conocido
para conocer a otro corazón
que te conoce de memoria.
Recoge las cartas del escritorio,
las fotografías, las desesperadas líneas,
despega tu imagen del espejo.
Siéntate. Celebra tu vida. 

El amor después del amor,  Derek Walcott

 

Fotografía: Esther Fernández